
Mi historia
Mi interés por la salud me llevó a estudiar naturopatía y a profundizar en la comprensión del ser humano como un todo. Comprendí que el cuerpo es una puerta de entrada a nuestro mundo interior y un canal de conexión con nuestra esencia espiritual. Fue en este camino cuando descubrí el Qigong y el Taichí Chuan, artes ancestrales que integran cuerpo, mente y emociones, promoviendo el equilibrio energético. A medida que practicaba, me sentía cada vez más presente y consciente, acercándome a mi Ser espiritual.
Obtuve el título de profesor de Qigong y Taichí Chuan en la escuela ISMET de Barcelona. Mi interés por el trabajo energético me llevó a especializarme aún más en el Qigong en el Instituto de Qigong de Barcelona, donde logré el 2º duan de Qigong otorgado por la Chinese Health Qigong Association de China. Tuve el privilegio de aprender con el maestro Li Jinlong y las maestras Wang Yan y Lu Lingling.
Además, estudié la forma de espada (Taichí) con el maestro Jesse Tsao, 19ª generación de la familia Chen y fundador de Taichi Healthways. También me formé en Qigong médico con el doctor Feng Yijian en el Instituto de Medicina China de Barcelona y aprendí Yi Quan (Neikung) con Tew Bunnag y Juanolo Gutiérrez.
Actualmente, sigo explorando la conexión entre el cuerpo, la mente y las emociones. A lo largo del tiempo, el cuerpo almacena "memorias de dolor" en forma de tensiones y bloqueos: traumas, rabia, miedo, ira o tristeza no expresada pueden manifestarse como problemas en la columna (escoliosis, lordosis, desplazamiento de vértebras), órganos colapsados o bloqueados, y un sinfín de síntomas y enfermedades derivadas de estas cargas físicas.
Como profesor de Taichí, observo cada día cómo la rigidez impide a las personas conectar con su cuerpo y alinear su estructura para permitir un flujo natural de energía y movimiento.
En respuesta a esta necesidad, la vida me llevó a descubrir la reeducación postural china, un método que me ha enseñado a disolver tensiones y bloqueos mediante la práctica del "no-hacer". Al aprender a soltar, el cuerpo se ajusta solo. Es un método accesible para todas las edades y una vía para vivir sin dolor, independientemente de la edad, siguiendo el camino del equilibrio y la armonía.